viernes, 2 de noviembre de 2007

CRONICA DE UNA CARRERA

Estimados,
aquí va el parte deportivo del año 2005 de una participante principiante en carreras sobre arena....
Huy, huy, huy... La arenita!!!!

Circuito Nike Cross Country Mar de las Pampas 2005.
Este maravilloso lugar en la costa Bonaerense, fue el escogido por Nike para la cuarta y última etapa de carreras de aventura del año.
Después de haber hecho noche en Gesell, nos pegamos un madrugón para llegar a destino a las 8 AM en compañía de dos grandes amigos, Bernardo y Jonás, que fueron a alentarnos en esta prueba, mientras ellos buscaban un lugar propicio para acomodarse y ver la largada, nosotros (con mi marido) hicimos un intento de precalentamiento trotando en la arena… Mamita… Nunca había corrido en arena, que desalentada estaba!!!


Después de haber hecho 200 metros volví hacia donde mis amigos para decirles que por primera vez una carrera me ponía muy nerviosa.
Aparentemente no fui la única que se asustó con el panorama porque ya casi a la hora de la largada, la cola del baño de señoritas estaba con lista de espera, al punto que varias de nosotras nos sumamos a la largada casi subiéndonos los pantalones.
Hasta ese entonces conservaba mi sonrisa… ¡De nervios! (Ver foto)
Ahora que estábamos en el baile había que bailar.
El paisaje era inmejorable, hacía tiempo que no visitaba el mar y el ruido de las olas era casi sedativo, corrimos unos cuantos kilómetros a orillas del mar gozando de su refrescante brisa y empapándonos las zapatillas con cada olita que nos alcanzaba, hasta que nos adentramos a los primeros médanos, y empezamos a sentir el calor. Por tramos, había achaparrada vegetación y la frescura de su sombra era una bendición. Que buen desafío, yo seguía trotando.
Transcurrían los minutos y las zapatillas pesaban cada vez más, era inevitable que la arena se colara impertinentemente saboteando nuestras buenas intenciones deportivas. ¿Quién pensaría en sentarse para vaciar las zapatillas de 500 gramos de arena cada una?... ¡Sentarse…! Era una locura, sabía que si lo hacía no me pararía otra vez.
Si bien el estado físico es importante, es bien sabido lo importante de la concentración y estado mental. Yo intentaba no pensar en el esfuerzo que demandaba la carrera y buscaba distraer mi atención viendo las pisadas de quienes iban delante de mí, quienes pronaban y quienes supinaban. También intentaba seguir atentamente los temas de conversación que se daban entre algunos corredores que compartían mismo ritmo de trote… Aunque mi pensamiento se desviaba a la siguiente reflexión “¿Corren y hablan al mismo tiempo? Uuuuu… Evidentemente a pesar de los años, yo sigo teniendo esencia de modelo!”

Cuando estos pensamientos tampoco funcionaban en distraer mi mente, levantaba mi cabeza para apreciar el maravilloso paisaje, pero este recurso poco duraba ya que al divisar el horizonte advertía rápidamente lo mucho que faltaba para llegar a la meta, también lograba entretenerme estando atenta a mi postura, Cabeza erguida, nada de estar encorvada, rostro relajado y sonriente, una nunca sabe cuando estos cazadores de fotos van a escogerte para ilustrar alguna nota de revista deportiva…
Dura tarea la de concentrarse…


Abandonando uno de los gloriosos sombreados montes, nos adentramos a una zona de altísimos médanos en cadena que visto desde algún ángulo, parecía un verdadero desierto, solazo, fuego, resplandor… Mis piernas se negaban a subir aquello trotando, mientras mirando mis pies decidía si ir pisando por arena pisada o arena virgen, escuché la adolescente voz de uno de los señaleros que decía “Vamos señora, muy bien, no afloje ahora que falta poco, la felicito!!!” … ¡Que alentador!, está bien, me dijo señora, pero su comentario fue muy alentador… No termino de disfrutar mi instante de gloria que escucho la voz femenina de quien me pasaba a trote firme, diciendo: “Gracias querido, a mi edad una hace lo que puede, lo importante es llegar”. Aclaro que esta señora tendría unos 65 años más o menos… ¡Demoledor!
Fue entonces cuando empecé a pensar en una estrategia, subir los médanos a paso corto y lento, y bajarlos aprovechando el impulso, a todo lo que da… En alguna de esas vertiginosas bajadas
.


temí descontrolarme y seguir rodando, por lo que planeé una segunda estrategia, bajarlos a paso largo y con las piernas bien abiertas para mantener el equilibrio balanceando los brazos al compás… Resultó bien, ganaba el tiempo perdido en las subidas pero parecía una de esas lagartijas del desierto, de esas que salen en Discovery Channel que corren revoleando sus extremidades. Por suerte en esos acalorados parajes no había fotógrafos.

.
En fin, tengo mucho más para contarles al respecto pero veo que se hace extenso el relato, así que les cuento solo que a los juveniles 39 años corrí durante 2 horas y tres minutos, mi primer carrera de 13 kilómetros, en arena y entre médanos bajo un sol asador… Que alegría, ya sin sonrisas por el cansancio, pero… ¡Que alegría! No podría explicarles que es lo que me motiva a tal esfuerzo pero les aseguro que se siente muy bien…¿Lo mejor?... Poder llegar a la meta y el reencuentro con mi compañero de aventuras!!!

EXPERIENCIA EXITOSA!!!